Lilia Perrone Carrillo, el sabio, pensador, la necesaria conciencia del uno

Joan Lluís Montané

La obra de Lilia Perrone la podemos resumir en el uno, en lo que es por sí mismo, buscando la representación de la determinación de lo interior a partir del conocimiento de la sabiduría.

Su creación ha ido evolucionando hacia una determinada actitud de conocimiento espiritual, después de pasar por etapas tales como la biológica y material; la de autoafirmación y la de la potenciación de la mujer como eje hasta alcanzar superar las emociones y adentrarse hacia la sabiduría, el pensamiento, la no mente, la consciencia del uno en el todo, el todo en el uno, la grandeza de lo que es, alfa y omega al mismo tiempo.

Autora que bebe de las fuentes del autoconocimiento y de la propia experiencia, busca en lo interior la respuesta multidimensional que le permite expresarse con la escultura de manera natural.

Consciente de su evolución, de su estadio actual, comprende que para ir más allá hay que partir de la esencia, es decir del yo interior, que es el que soy yo, el que soy, para ser como todos, es decir partes de un todo, que es el uno. Todo y uno, el uno y todo, en lo más concreto, la fuerza de la determinación de la evolución.

La obra escultórica del sabio, es lo sabio, es decir la mente que penetra en el corazón espiritual para meditar en el pensamiento del no pensamiento, buscando la no idea, siendo consciente de que lo que es, lo es gracias a los cambios que se están operando en el mundo hoy por la nueva luz que se aproxima.

Es partidaria de construir para ejemplarizar, siendo el sabio el punto de unión entre el mundo material y el espiritual.

Es la explicación de la senda del camino, superando el laberinto, buscando el sendero correcto, para trasladarse a la vera de la linde del bosque para ser parte de los árboles, pero, al mismo tiempo, del aire, del agua, de los seres, del planeta, del universo.

El concepto de sabio, inteligente, es el concepto de la iluminación, pero, al mismo tiempo, supone ser consciente de que todos los que estamos, somos; es decir que existimos y, a la vez, estamos y somos conscientes de nuestra multidiversidad y multipolaridad en lo más grande del universo.

Viaja a través de la escultura, buscando modelos, construyendo obras que son partes de una alegoría que engloba ideas, energías, materias y finalidades.

Con el sabio responde a las preguntas: ¿Por qué soy lo que soy? ¿De dónde vengo? ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi misión? ¿Hasta qué punto soy lo que soy para cumplir mi misión? ¿A dónde voy?

Abre puertas para que comprendamos, pero, al mismo tiempo, pretende comprender ella misma, dado que el arte es un camino que te dan, y, luego, eres consciente del mismo.

Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)