La Entrega en Cultura de Sevilla, España

Descubrí a Lilia casi por casualidad, navegando por Facebook. Me llamó la atención una de sus obras, su colorido intenso, su vibrante vitalidad. Quise saber más y de su Facebook pasé a la página web, de Sevilla viajé a Buenos Aires. Unos días después me mandaba esta obra, ‘La entrega’, de nuevo el colorido intenso, esta vez un azul que viaja entre el lapislázuli y el cobalto, con unos reflejos metálicos que hacen dudar sobre el material con el que está hecha la obra.

Lilia vive en Argentina pero tiene un mensaje universal. Cuando describe sus obras nos habla de amor, de libertad, de verdad. Palabras universales que hicieron quebrarse la cabeza a Platón, a Sócrates, a Aristóteles… y hoy, varios siglos después, siguen siendo todo un enigma. Podríamos preguntarle a cada ser humano por su significado y obtendríamos tantas definiciones como encuestas hiciéramos. Todos conocemos esas palabras, todos las usamos con ligereza, pero qué difícil es que aniden en nuestras vidas. Quizás, si esas palabras, esas ideas que habitan en un mundo superior como diría Platón, fueran más tangibles en nuestro día a día, el mundo sería diferente. Mejor. Más justo. Diferente al fin y al cabo.

Pero volvamos a ‘La entrega’, una obra que refleja la pasión, el amor; dos conceptos que mueven multitudes, que seguro imaginamos con colores cálidos, el rojo PASIÓN, el corazón ROJO que todos hemos pintado de niños. Pero Lilia no usa esos colores en su escultura, opta por un azul muy frío, helado. ¿Tal vez una pasión que acaba? ¿Un amor eterno que fue truncado por algún motivo triste pero que aún perdura en los corazones de sus protagonistas? De nuevo las dudas, de nuevo miles de significados, cada uno podría inventar el suyo, dejar volar la imaginación y crear una historia en torno a esta obra. En un mundo tan deshumanizado como en el que vivimos, en el que el futuro se muestra más bien oscuro, el azul es un buen comienzo para empezar a ver otros colores. Empecemos por el azul, un color frío, inhóspito, pero familiar. Sigamos por el verde, por ejemplo. Saltemos al amarillo, al naranja, al rojo, al violeta. No perdamos el colorido en nuestras vidas, no perdamos la pasión, entreguémonos a un mundo mejor.